Santiago de Chile, 22 feb (PL) La más reciente confirmación del gobierno chileno de la invitación al presidente venezolano, Nicolás Maduro, para la investidura de Sebastian Piñera el 11 de marzo, subió hoy el nivel de la polémica política local.
La última ratificación presidencial expresada por el vocero del Palacio de la Moneda, Omar Jara, devino muro de contención a las apetencias oposicionistas y a un sector del oficialismo, que intentan impulsar la idea de echar por tierra la presencia del mandatario venezolano en el cambio presidencial.
El Gobierno de Chile -aseguró Jara- ha invitado a una ceremonia de Estado que es la de traspaso de mando a un conjunto de países, como lo hace desde 1990.
Recordó el ministro que desde esa fecha es una práctica protocolar invitar al conjunto de países con los cuales Chile tiene relaciones diplomáticas y, en particular, a los de América Latina. «Esta práctica va a seguir adelante», expresó.
Hizo hincapié en la elevada responsabilidad con que el Gobierno de Michelle Bachelet lleva los temas de política exterior «y particularmente en la relación con Venezuela«, precisó.
Jara acotó que si bien todas las opiniones que pueden existir sobre un tema «son válidas y legítimas», la política exterior de Chile «está fijada por la presidenta de la República y ejecutada por el ministro de Relaciones Exteriores».
La postura gubernamental fue blanco de las críticas de algunos exministros pertenecientes tanto a Chile Vamos como a la Nueva Mayoría y entre los que se encuentran Andrés Velasco, Andrés Zaldivar, Mariana Aylwin, Jaime Rabinet, Jorge Burgos y Luciano Cruz-Coke.
Todo ellos integran un grupo de 14 extitulares que enviaron una carta a la mandataria en la que pedían rechazar la invitación de Maduro a la ceremonia de investidura de Piñera.